Cuando el mercado se pone tonto, yo no corro. Tampoco juego a hacer predicciones de adivino ni me paso el día mirando velas japonesas como si fueran runas. Yo me siento, abro los números y me hago una pregunta muy sencilla:
¿Esto que tengo en cartera sigue teniendo sentido o me estoy agarrando a una ilusión?
Estos días, entre la amenaza de nuevos aranceles, la histeria de siempre en los titulares y la volatilidad haciendo piruetas, muchos entran en pánico. A mí, en cambio, estas sacudidas me sirven para hacer limpieza mental. Para revisar si las piezas que tengo encajan o si alguna ya no pinta nada. Así que he abierto los informes, y he revisado a fondo una de las posiciones que más ruido genera en mi cartera SoFi Technologies. Más que nada porque como sabes, voy en parte apalancado.
si SoFi va a ser lo que muchos creemos, una fintech rentable, escalable y con caja neta, no hace falta jugar al gurú. Hace falta entender si la empresa está cumpliendo o no.
No por capricho. Sino porque si has pasado semanas, meses o incluso años aguantando la volatilidad de una acción, lo mínimo que puedes hacer es pararte, abrir sus tripas financieras y preguntarte si el motor sigue funcionando. Y si vale la pena seguir montado en este coche o es mejor bajarse antes de la próxima curva.
Este análisis no es para adivinar si mañana sube o baja. Es para saber si lo que tengo entre manos es una empresa con futuro o un decorado bonito que se cae con el primer golpe de viento.
Así que nada, prepara una cafetera, porque como siempre, esto va a ser un parto.
PD: Si el análisis te la sopla (espero que no) abajo tienes las distintas valoraciones y escenarios, pero quiero pensar que si estás aquí, es porque te gusta leer.