Hoy he llegado a 100.000 seguidores en Twitter. Y te voy a decir algo: era inevitable.
Esto iba a pasar. Pero no por casualidad, ni por suerte. Ha pasado porque he sido fiel a mí mismo. Sin ser un bienqueda, sin hacer la pelota, sin falsa humildad, sin pisar a nadie, sin criticar a nadie. Solo ser uno mismo y trabajar, trabajar y trabajar.
Soy la oveja negra de las finanzas en España. Los profesionales no me invitan a sus eventos. No me siguen (al menos no públicamente). Pero sé que me leen. Y sé que a muchos les revienta cada vez que publico algo. Es inevitable. Y mientras ellos se preocupan por las apariencias, aquí estoy, celebrando 100.000 seguidores sin haber vendido ni un gramo de mi esencia.
Lo que nadie te cuenta es el precio que se paga por esto. Porque cuando decides ir a tu bola, no es fácil. Tienes que aguantar el silencio incómodo en los eventos, las miradas esquivas, las conversaciones a medias. Todos sonríen, todos se saludan. Pero a ti te ignoran. Porque no juegas a lo mismo, porque no besas los mismos culos. Y eso, amigo mío, cuesta.
Pero hay un placer perverso en no deberle nada a nadie. En no tener que fingir que admiras a un idiota solo porque tiene un título. En no tener que hacer la reverencia a alguien que en privado te llama, pero en público no te menciona. Y ahí es donde está el verdadero poder. En poder irte a dormir sin haber vendido tu dignidad.
Y a ti, que probablemente vengas de Twitter, o de un podcast, o de haberme buscado en Google… decirte esto:
Gracias. Esto no cambia nada. Y sí lo cambia todo.
Porque a partir de hoy voy a trabajar aún más. Aún más fuerte, aún más auténtico, aún más libre.
Y para celebrarlo: 50% de descuento en la membresía hasta el domingo.
Porque si has llegado hasta aquí, sé que quieres más. Porque esto, como te decía, era inevitable. Ahora la pregunta es: ¿vas a seguir mirando o vas a dar el paso?
Enhorabuena, más que merecido👏🏻
Enhorabuena! Te lo mereces por lo persistente que eres y el buen contenido que compartes!
Sigue así! Estamos contigo!