Esto es como el puto hotel California
Llevo un par de semanas en modo cazador. No cazador de ofertas de Black Friday, no. Cazador de inversión real. De esa que da calambre. Porque tengo liquidez y quiero ponerla a trabajar.
De hecho, estoy pesado con Palantir poque avisé a los miembros del Búnker cuando rondaba los 23, hoy ya vamos por 58.
Probablemente te lo has perdido.
Yo avisé.
Pero no has querido tomarte enserio mis emails. Pero no te preocupes.
Gracias a eso, estoy construyendo en vivo y en directo una cartera de ETFs.
La estoy construyendo para los suscriptores de El Búnker, que cada semana ven cómo le doy caña a un sector diferente. Esta semana, uno de esos sectores me ha venido rondando la cabeza, como cuando algo se te mete en el cuerpo y no se va. Así que lo he hecho: le di la vuelta, lo vestí, lo desvestí, me lo follé y, después de todo, acabé invirtiendo.
Si todavía piensas en indexados, te compadezco.
Y sí, no solo te voy a contar cuál es el último movimiento que he hecho con mi dinero, sino que te voy a enseñar cómo analizarlo todo antes de soltar un céntimo. Skin in the game, al estilo más salvaje.
Además, he grabado algo para mis suscriptores de El Búnker: una reflexión brutal sobre cómo los amateur le pasamos la manita por la cara a los profesionales después de meterles un dedo por el culo.
Estoy contando mis putos secretos, pero si no te interesan mejor quédate con tu curro de 8 horas, tranquilo, y olvídate de ser tu propio jefe. Aquí jugamos a lo grande o nos quedamos en casa.
Y como siempre, en mis mails no puede faltar la joyita de la semana. Va con:
Dos podcasts (uno español, otro americano) que me han volado la cabeza.
Fragmentos del último libro que estoy leyendo con mis notas.
Música, de esa buena, que si vas a invertir, al menos que sea con buen ritmo.
Más de 1.000 personas han pasado por mi membresía. Casi todas se quedan.
Esto es como el puto Hotel California, “You can check-out any time you like, but you will never leave”
Te veo dentro.