Recuerdo cuando empecé a vivir con mi novia. Ella estudiaba por aquel entonces, y yo andaba con lo justo, pero felices. Con 50 euros hacíamos la compra semanal para los dos. Sin escatimar. Yogures de los buenos, algo de carne, incluso algún capricho. No éramos ricos, pero sentíamos que bastaba.
Hoy, diez años después, 50 euros apenas llegan para llenar el fondo de una bolsa. Y no es que ahora comamos trufa blanca ni salmón del Báltico. Es que algo ha cambiado, y no ha sido nuestro apetito.
Durante mucho tiempo pensé que era yo. Que no ganaba lo suficiente. Que necesitaba organizarme mejor. Que la culpa era mía por no “saber ahorrar”. Pero no. El problema no era la cantidad de ceros en mi cuenta. Era el valor de esos ceros.
Descubrí lo que nunca me enseñaron, que el dinero FIAT, ese que usamos a diario, no es más que un papel con fecha de caducidad. Se imprime sin control. Se devalúa sin freno. Y tú, mientras tanto, haces malabares para que el sueldo llegue a final de mes.
Es una trampa elegante. Invisible. Un robo legalizado donde el que trabaja pierde y el que imprime gana.
Y entonces tomé una decisión. Empecé a salirme del juego. Dejé de ahorrar en euros, salvo la liquidez que necesito para invertir o el fondo de emergencia. El resto va directo a Bitcoin.
¿Por qué?
Porque Bitcoin no lo imprime ningún burócrata con corbata y sonrisa falsa.
Porque nadie puede congelarlo, manipularlo ni devaluarlo con una rueda de prensa.
Porque no es promesa. Es código.
Y sobre todo, porque es mío.
No lo hice por moda. Lo hice por hartazgo. Por sentido común. Porque me cansé de ver cómo mi esfuerzo se disolvía como sal en el agua.
Hoy, cada vez que alguien me dice “el Bitcoin es volátil”, sonrío.
Volátil es el precio.
Lo que no cambia es la certeza de que estoy protegiendo el valor de mi trabajo.
Y eso, créeme, no tiene precio.
Empieza poco a poco. Un primer paso. Un registro. Una compra simbólica.
No esperes a entenderlo todo. Empieza antes de que sea demasiado tarde.
0,10 BTC es tu objetivo antes de que sea demasiado tarde.
El primer paso es fácil, pincha en la imagen y con tu primera compra de Bitcoin, te llevarás 10€
Además entrarás en el sorteo de 500€ que paga Bitvavo. Joder, 500 pavos es bastante Bitcoin.
Tú mismo
La inflación. El impuesto silencioso. De lo que no nos damos cuenta es que a los Estados les interesa generar inflación, aunque nos digan lo contrario.
Con la inflación las deudas se reducen (lo que debías vale cada vez menos).
La inflación es una manera que tienen los Estados para financiarse ELLOS a costa de TUS ahorros.
Por eso Bitcoin es tan diferencial.